Me reconozco gorda

Gran parte de mi vida acumule dolores, que me invadían y que aumentaban con cada comentario despectivo sobre mi cuerpa, cada risa y cada burla. Cuando esos dolores fueron insostenibles entre en crisis. Me culpaba por no poder cerrar la boca, como tantos me sugerían, por la falta de constancia con esas dietas que prometían ser mágicas, por tener hambre, por comer y por tantas cosas más. Era mi culpa, todo era mi culpa.

Me tomó años poder mirarme de otra manera, y cuando finalmente lo hice, mi mirada produjo muchos movimientos internos.

Todo tuvo lugar en un taller en el que estaba participando, un espacio en el que me preguntaron acerca de mi identidad. Nunca antes había pensado como me identificaba, ni como me percibía. Tuve que hacerme muchas preguntas para conocer mis identidades; hablo de identidades porque no me gusta pensar a la identidad como algo estático, sino más bien como una construcción política, múltiple, en constante movimiento.

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Ilustração: Renata Ragazzo – @rety_ragazzo

Estas preguntas guiaron mi encuentro con una realidad de la que poco había hablado hasta ese momento, yo habito una cuerpa gorda, una cuerpa que está fuera de la corponormatividad hegemónica.

Ante la pregunta ¿Quién estaba siendo? Solo una palabra venía a mí cabeza: ¡GORDA!. Esta palabra se repitió de forma intermitente y cada vez con más potencia a lo largo de todo el taller. Hubo momentos en  esas tres horas, en los que el grito de ¡GORDA! podía callar todo lo demás. Mi mirada estaba puesta en el tallerista, pero mi cabeza estaba en otro lugar. No podía pensarme como algo más que el tamaño de mi cuerpa.

Pese a estar viviendo en una sociedad en la que las cuerpas son mercantilizadas, objetivizadas y violentadas sistemáticamente, no había dimensionado hasta este momento que la opresión constante que vivía, y aún vivo, responde a una estructura social establecida.

Este encuentro, esta crisis, este choque con la realidad, fue un punto de inicio para comenzar a  cuestionar esa concepción de “cuerpa ideal” y esos estándares hegemónicos que tenía tan interiorizados.

Cuando lo miro en retrospectiva me doy cuenta que, gran parte de mi vida fui una piba que se comió el cuento del cuerpo hegemónico, que se tragó cada uno de los estándares de belleza establecidos. Una piba llena inseguridades que se sentía una mercancía dañada.

Hay días en los que sigo siendo esa piba, en los que ese sentimiento de rechazo vuelve a mí, pero trato con más fuerzas de que tantas lecturas sobre opresores, oprimidos y violencias se hagan carne.

Intento reconocerme como algo más que el volumen de una cuerpa, y en ese ejercicio, en ese reconocerme, encuentro a una piba a la que le duele la vida y que decidida a hacer algo con ese dolor se mueve para cambiarlo. Una piba que entiende que las luchas que habita y milita son necesarias para una transformación social.

Hoy, puedo poner en palabras las vivencias, los sentires, también cuestionar lo establecido como norma, y algunos días hasta puedo abrazar mi cuerpa gorda con amor y ese es mi mayor acto de desobediencia.


AUTORA: Belén Giménez

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 Feminista y Activista. Tuve el privilegio de poder estudiar, soy profesora en Educación Especial e investigadora de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Me encuentro viviendo en la ciudad de Posadas, Misiones, Argentina. Formo parte de varios espacios en los que luchamos por los derechos de las personas con discapacidad. Hace poco tiempo pude comenzar a poner en palabras muchos de mis sentipensares y fue algo que me ayudo a abrazar la cuerpa gorda que habito. Aceptame fuera de corponomatividad hegemónica, me brindó la oportunidad de pensar en la lucha contra el capacitismo desde otro lugar, ya que vengo hace algunos años compartiendo la lucha anticapacitista pero desde campo de la discapacidad. En mis andar, y desde los diferentes espacios de los que formo partes, busco hacer y accionar desde el amor, la sororidad, el feminismo y el respeto. Lucho y milito por una sociedad mejor, libre de violencias y opresiones, dónde todes podamos vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades y derechos. Instagram:  https://www.instagram.com/beluu_gim/

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Poder transformar aquilo que te faz mal em algo criativo vem ao encontro de um trabalho do feminismo de aceitação e entendimento do próprio corpo, de muitas maneiras e buscas. Entender que as pessoas que te reprovam e não te aceitam são as que precisam de ajuda, pois se incomodam com algo e não sabem bem o porquê. “

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Este livro é resultado de sua pesquisa que teve origem em sua tese de doutorado, a qual propõe análises teóricas para investigar a estigmatização institucionalizada sob a qual os corpos gordos são colocados. Lute como uma gorda está disponível para venda e comprando por aqui você recebe uma dedicatória especial da autora